Soy un ser partido por la mitad, a la altura del ombligo;
a veces, las dos mitades andan juntas, esperando que no se note. La mayor parte
del tiempo marchan separadas.
Una tiende al pasado, la otra, al futuro. Ambas tienen
problemas con el momento presente.
Hoy decido escribir para reconciliarlas, porque comienza
a ser agotador esto de andar partida por la mitad, fingiendo que es fácil
caminar así. Porque estar partida significa estar vacía: todo cae al infinito
sin permanecer en mí más que unos minutos, todo se pierde en el hueco de mi
ombligo. Todo.
Y no se me ocurre más solución que escribir hacia atrás
para encontrar el momento en que me partí en dos… ¿o tal vez me hice añicos?